Sin duda, una de las cosas que caracteriza al psicópata adaptado de andar por casa es su habilidad para camuflarse entre nosotros utilizando una apariencia falsa.
Además, y conviene no dejar de repetirlo, el/la psicópata suele dar una primera impresión muy buena, de ahí, que algunos expertos digan acertadamente, que son "maestros en el arte del manejo de la primera impresión". De hecho, puede caer muy bien, y a menudo, destacan por su locuacidad, encanto superficial y "buen rollo".
Esta estrategia suele funcionarles casi siempre debido a que una persona cuando nos acaba de conocer no tiene información colateral con la que contrastar la buena impresión del principio de la relación...y por si fuera poco, la poca información sobre su historia vital previa le es proporcionada por el mismo interlocutor (mediante exageraciones y mentiras).
Sin duda, el psicópata no es el único tipo de persona que hacen "teatro", algunos pueden ser manipuladores para llevar a cabo fraudes, conseguir metas profesionales o para mejorar su pobre autoestima.
Sin embargo el psicópata tiene otra intención:
Dominar a otros seres humanos para su propio beneficio....y lo harán sin sentir el más mínimo remordimiento por ello y sin sentir ninguna culpa por las consecuencias dañinas que pueda ocasionar a otros.
Hay personas que se preguntan si es posible identificar estas personas a primera vista. Si han leído otros artículos de este blog ya sabrán la respuesta. Ninguna persona puede detectar a un psicópata, incluído expertos criminólogos o psicólogos forenses. De hecho, es incluso más difícil cuando lo tienes delante de las narices.
Es muy fácil, una vez has tenido experiencias con una de estas ratas, adivinar que alguien lo és, especialmente cuando eres el espectador imparcial y desapegado de una historia que es de dominio público, así, solo ver las noticias en los medios y contrastarlas con la actitud del personaje en cuestión nos da indicios de cuál es su verdadera personalidad. Así podemos ver que la panadera era muy amable con los viejecitos y después les suministraba una ración de veneno, no sin antes asegurarse de que le dejaban sus ahorros. O una entrenadora deportiva de élite, durante años ejercía su sadismo con sus jugadoras, mientras por otro lado daba una imagen de simpatía y éxito.
Pero la buena noticia, es que uno si que puede sospechar que otra persona no es trigo limpio. Para eso hay cada vez más información sobre esta lacra social.
Como he dicho anteriormente, la experiencia personal directa, por dolorosa que haya sido, es muy importante para detectar si una persona es, o como mínimo, se parece o se comporta como un psicópata.
Pero careciendo de esta experiencia personal, cualquiera, repito CUALQUIER PERSONA es susceptible de tener a uno de estos camaleones sociales delante de sus ojos y no darse cuenta.
¿Porqué no nos damos cuenta de cómo es en realidad?
EL PSICÓPATA ES UN ACTOR. LO SUYO ES TEATRO....bueno o malo, eso ya es otra cuestión...el caso es que les suele funcionar.
Este personaje cumple a rajatabla la táctica de "ES MEJOR PARECER BUENO QUE SERLO".
Los psicópatas hablan mucho, como dijimos en otro artículo, algunos de ellos tienen una auténtica diarrea verbal, y a menudo, las incoherencias de sus relatos son muchas...pero por alguna razón, no nos damos cuenta.
Como bien dice el profesor Hare, lo que nos atrae y nos engancha de ellos es el ESPECTÁCULO, no el lenguaje: miradas, carisma, sonrisas, gestos, palabrería y locuacidad, distracciones y trucos de "magia", habilidad para saber que botones hay que presionar, todo ello les sirve para ocultar que en lo que están diciendo solo hay un guión sacado de otra parte que repiten continuamente.
Obviamente, un psicópata atractivo y con don de gentes y una víctima con puntos débiles evidentes es una combinación de resultados nefastos.
Cuando el espectáculo no es suficiente, utilizarán material de atrezzo: ropa cara, credenciales falsas o una historia personal que vender (que inspire lástima).
Cuando los psicópatas hablan, hacen un uso muy efectivo del lenguaje corporal. Tienden a meterse en nuestro espacio personal, a través de un contacto visual intenso, acercándose en demasía...su puesta en escena teatral puede ser tan desconcertante que consigue distraernos, impresionarnos, controlarnos o en ocasiones, intimidarnos.
Como ilustración tenemos el testimonio de un colega del prestigioso experto en Psicopatía, Dr. Hare, atrapado en los hilos de la pasión y el engaño de su mujer psicopática:
"Hizo de mi vida un infierno, pero me sentía inútil sin ella. Siempre estaba haciendo algo excitante. Desaparecía durante días y decía que no podía explicar dónde había estado. Gastábamos todos mis ahorros...pero me hacía sentir realmente vivo. Cuando ella estaba cerca, mi mente estaba confusa, no podía pensar con claridad sobre nada que no fuera ella"
Sin embargo un día su matrimonio se acabó de repente: se fue con otro hombre.
"Ni siquiera me dejó una nota"
Daniel Pérez