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martes, 6 de diciembre de 2011

La paradoja de los Psicópatas: ¿buenos psicólogos o simplemente depredadores naturales?



Normalmente, el juego psicológico del Psicópata requiere analizar los deseos y esperanzas de su víctima y seguidamente confeccionar un "traje a medida" que le presente como el amigo, amante o compañero perfecto. A veces de forma tan convincente que la persona llega a desarrollar un vínculo emocional profundo.
El Psicópata es un maestro en el arte del manejo de la primera impresión.
Naturalmente, el vínculo es en una sola dirección, de la víctima hacia el personaje ficticio psicopático. El Psicópata por su parte, no tiene ningún vínculo afectivo con nadie...pero de esta forma consigue que otra persona caiga en su trampa de manipulación.
No es raro que las víctimas se sientan atraídas de un modo casi hipnótico por estos sujetos y es útil señalar, que incluso profesionales bien informados avisan de que nadie, incluídos ellos mismos, está a salvo de caer en esa atracción y engaño psicopático.

Más adelante, o quizá fuera de las relaciones íntimas, por ejemplo en las relaciones laborales, el Psicópata utilizará otra de las vertientes de su astuta observación de la forma de ser de los demás (recordemos que para el/la Psicópata, el resto de personas son objetos que puede usar): averiguar las carencias, inseguridades, puntos débiles y "botones calientes".

CARENCIAS/INSEGURIDADES: Por ejemplo, en el caso de una persona tímida, o bien facilmente influenciable con halagos, ellos se presentarán como comprensivos y dulces, o harán gala de sus artes de seducción, regalando los oídos de su presa, respectivamente.
El objetivo es "caer bien", ganarse la confianza o crear un personaje con el que la persona se identifica o se emociona. Los/las Psicópatas "saben" por su experiencia vital, que la gente desarrolla afectos y sentimientos sociales, y precisamente estos son instrumentos que puede utilizar de forma fría y premeditada, ya que para ellos, estos afectos no significan nada más que debilidades de la gente.
En algunos casos estas personalidades anormales pueden tejer toda una serie de mentiras en situaciones en las que tampoco hay mucho que ganar, dando la impresión de estar un poco desquiciados. Lo cierto es que esta impresión tan generalizada entre la gente normal es errónea, el Psicópata no está desquiciado, solo que siente placer al engañar, incluso aunque no saque gran cosa a cambio.

PUNTOS DÉBILES: A estas personas no se les escapa nada. Solo hay 3 tipos de personas o "peones" en su juego: enemigos, aliados y víctimas. Por esto, son detectores naturales de los puntos débiles en los demás, lo que incluye: secretos de la vida privada de los demás, defectos tales como si la persona es más o menos agraciada o tiene más o menos cultura. Todos los puntos débiles de interés quedarán registrados para su uso y abuso cuando haga falta.

BOTONES CALIENTES: Con esta expresión nos referimos a los puntos que nos hacen saltar, puntos que normalmente suelen estar relacionados con los puntos enumerados más arriba.
Por ejemplo, si una persona tiene mal genio cuando la tratan mal el Psicópata presionará ese botón en particular en presencia de testigos para hacerle quedar mal.
O, si una persona tiene un complejo en concreto, no dudará en mostrárselo, a menudo con crueldad premeditada, para hacerle sentir mal o inferior.
Por otro lado, pueden usar "botones" positivos, por ejemplo, pueden mostrar interés por alguna afición personal que le haga sentir bien para crear un estado de "buen rollo" que haga bajar la guardia a su víctima.


¿SON LOS PSICÓPATAS MAESTROS EN COMPRENDER LA PSICOLOGÍA HUMANA?
¿CÓMO ES POSIBLE QUE PERSONAS TAN SUPERFICIALES E INSENSIBLES PUEDAN SER TAN HÁBILES PARA DETECTAR ESAS CARACTERÍSTICAS AJENAS QUE HEMOS EXPLICADO?

Todavía no está claro si este es un talento natural o bien, algo que han trabajado, que se "curran" más que los demás.
Lo cierto es que todos tenemos nuestras miserias y el Psicópata las conoce todas.
Es una paradoja muy interesante. Si uno de los rasgos que definen este síndrome de personalidad es la falta de empatía y la pobreza afectiva, ¿cómo puede ser que sean tan buenos para detectar los miedos, fallos y carencias de los demás?.

Si, tal como indican algunos estudios de neuroimágen y también experimentos que miden la reacción emocional a estímulos, el Psicópata siente menos miedo, ansiedad....y además tiene más dificultad para procesar la información emocional, es difícil entender la forma en que el Psicópata percibe los puntos débiles de los demás.
Por otro lado, son hipersensibles a las críticas y a las amenazas.

Estos personajes, en mi opinión, viven en un estado defensivo crónico, siempre parecen encontrar ofensas por todas partes y con frecuencia responden de forma desproporcionada ante asuntos sin importancia.
Aunque el/la Psicópata no es una persona normal, comparto con muchos autores la creencia de que tampoco es un enfermo, por tanto, es consciente de sus actos y estoy seguro de que este es uno de los motivos de sus reacciones, no quiere consentir que le traten como él trata a los demás.
Recordemos que es sumamente egocéntrico y narcisista.

El Psicópata por otro lado, sigue siendo un ser humano, y seguramente no deja de sentir curiosidad por un mundo desconocido para él...el mundo de los senntimientos humanos. Y si él no puede experimentarlos con plenitud, si puede observar su manifestación exterior, que ha aprendido a imitar y a detectar en los demás.
El autor José Manuel Pozueco los describe en su libro Psicópatas Integrados con la ingeniosa frase de "Pseudoantropólogos del gesto ajeno" , con una habilidad inexplicable para detectar las SEÑALES EMOCIONALES en los demás, para así acercarse al más vulnerable.
Cosa que no sucede al revés, al ser los Psicópatas bastante poco profundos afectivamente, estos muestran a menudo, IMITACIONES DE EMOCIONES NORMALES. Lo cual hace difícil detectar lo que sienten.

Los Psicópatas para acabar, actúan usando este talento para observar a los demás en busca de algún beneficio. Los más impulsivos puede que acaben en la carcel, pero la mayoría de ellos, los integrados, siguen su propio plan maquiavélico. Y dentro de ese modus operandi está la detección de los puntos débiles de la presa y la utilización del disfraz adecuado, presentándose como una persona mejor de lo que son realmente.

Daniel Pérez